Siempre he sido fan de las hadas, de pequeña hice muchos cuentos, me gustaba escribir desde siempre y uno de mis temas favoritos eran estas pequeñas criaturas místicas que siempre he deseado que existan.
Cuando estaba de vacaciones este pasado diciembre de 2014, escribí en mi agenda que tenía que compartir con ustedes estas hermosas ilustraciones.
Las primeras dos decadas del siglo 20 han sido conocidas como la era de oro de la ilustración, cuando mejoras en la tecnología de la imprenta permitió a los editores producir ilustraciones esplendidas a color por primera vez. De todos los artistas que se volvieron famosos en este período, por mucho y más popular fue Arthur Rackham, quien aún se mantiene vigente un siglo después.
Arthur Rackham nació en 1867 y desde niño mostró un gran talento para dibujar. Después de terminar sus estudios obligatorios en la Escuela de la Ciudad de Londres, empezó a trabajar para una compañía de seguros mientras atendía la Universidad de Arte Lambeth. Tiempo después le describió a un admirador:
"por los siguientes siete años o más trabajé tan duro como podía en las horas de trabajo (9am-5pm) para equiparme como artista – no pudiendome ser posible embarcarme como profesional en esra carrera hasta que tenía casi 25 años, y después por muchos años viviendo con poca ganancia de mi profeción y teniendo que hacer mucho trabajo de mal gusto. (Hudson, Arthur Rackham, His Life and Work, p. 30)"
Lo que Arthur Rackham describió fue estar trabajando como un ilustrador de trabajos a pedido para periódicos populares, sus principales medios de sustento durante la decada de 1880 e inicios de la decada 1890.
A finales de la decada de 1890, Arthur Rackham produjo sus primeras ilustraciones de una pieza con sus últimos y bien reconocidos libros: Las leyendas de Ingoldsby en 1898, Relatos de Shakespeare en 1899, y Relatos de los Hermanos Grimm en 1900. A pesar de que las ilustraciones en estos volúmenes no eran tan bien hechas como en sus trabajos de más adelante, él volvió a dibujarlas cuando se volvió famoso.
El punto desicivo para Arthur Rackham llegó en 1900, cuando conoció a su futura esposa, Edith Starkie, quien estaba viviendo en la casa enseguida de su estudio. Edith Starkie era también una artista y estaba desarrollando una reputación como pintura de retratos. Ella fue su mejor crítica y él tenía el más grande respecto por sus opiniones.
Muchos críticos coinciden que fue durante el noviazgo de ambos e inicios de su matrimonio donde él maduró completamente como artista. Previamente él se enfocaba en dibujos de líneas, pero de su esposa él aprendió a usar color, partícularmente acuarela, que era más efectivo. Este talento fue desarrollado en un tiempo oportuno, ya que los avances tecnológicos dramaticamente mejoraron la calidad de las ilustraciones de los libros, permitiendo que su arte lograra su más completa expresión.
Por los siguientes diez años Arthur Rackham fue un prominente ilustrador, tan completamente lleno de trabajo de comisiones que tenía que declinar muchas ofertas.
Durante la decada de los 1920, la reputación de Arthur Rackham se expandió en el extranjero. Pero debido a las privaciones, resultado de la primera guerra mundial (FWW) el entusiasmo de la sociedad por libros lujosos de ilustraciones se enfriaron, y una nueva generación de coleccionistas fue establecida en Estados Unidos de Norteamérica.
La carrera de Rackham continuó siendo productiva durante la decada de 1930, su última decada de vida. Muy a pesar de los problemas familiares por la enfermedad de su esposa, pudo experimentar la alegría de casar a su única hija en 1935, y el mismo año poner su primera exposición.
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