En todas las casas tienen al menos una de estas: una caja para artículos pequeños y que se usan muy seguido. El contenido de esta área multicontenido parece expandirse como masa para pan, multiplicándose a voluntad sin importar que el cajón esté cerrado.
Recientemente fui por cuarta ocasión al cerro de la Campana. La primera vez fue fascinante, porque jamás había subido a un cerro, ya que de donde vengo en la ciudad no hay cerros, sino fuera de la ciudad. Y traté de no ver cosas malas, sólo disfrutar el paseo y la vista que tanto me habían hablado. Pero después de unos años…ya no es tan divertido, ni tan placentero y las razones son las siguientes.
Cuando estaba pequeña me llegó un amor por las casa estilo Victoriano, estaba obsesionada con ellas, y poco a poco entrando a la universidad se me fue esa obsesión y sólo quedó un amor por ellas, y es cuando me dí cuenta de que había muchas pequeñeces que se iban haciendo grandes y que no iban con mi estilo.