Mis padres nunca nos dejaron salir en las noches de día de Halloween a pedir dulces, menos aventar huevos a quienes no nos dieran, pero ver películas ayudó no perdernos alguna diversión respecto a ese día.
Sí, en el kindergarden me hicieron vestirme de brujita, típico. Pero sólo estuve dentro del área de juegos y hasta ahí, salvo una foto con la maestra.
Ojalá me hubieran vestido de algo más interesante, no sé, a lo mejor, una niña esqueleto o la sirenita esqueleto, jajaja.
Pero lo mejor de todo es que no nací ese día…que la verdad, con esa costumbre está muy feo. En cambio, mi prima Letitia se tiene que aguantar, ese día nació. Y ahora le toca un cumpleaños algo macabro.
Ayer en la noche no sé cómo es que caí muerta de sueño. Tengo dos semanas empaquetando mis cosas y aun me faltan alrededor de 17 cajas enormes para terminar.
Lo primero que voy a querer hacer es llegar a la siguiente parada y descansar lo que necesite mi cuerpo. Y ya no quiero dormir con cobijitas para niños, jajaja. Están muy chiquitas y bajo ellas me veo gigante.
Tengo dos meses más antes de irme completamente y estoy haciendo planes de cómo quiero mi casita. Pero de Hermosillo me voy esta semana. ¡Por fin!
Lo único bueno que me llevo de esta ciudad es haber fundado Schöne Frau y lo que este sitio me ha traído. Conocer excelentes personas a través de SF.
Pero recomendar Hermosillo para vivir, no. Esta ciudad es como andar por la calle con una piedrita o varias dentro del zapato. Y si regreso, es seguro que sólo de turista.
Porque ahora me espera lo bueno, y una vez que entre en mi zona de confort, no creo que quiera regresar jamás a ponerme el zapato con piedritas.