Continuando con el paseo por los lugares que más me inspiran y me hacen sentir feliz, en esta calurosa, soleada ciudad en el estado norte de México, Sonora. No sé si a ustedes les pasa lo mismo que a mí, bueno, en caso de que les guste leer mucho, pero es que cuando me imagino mientras leo, los lugares en los cuales los personajes del libro viven, y ando por la ciudad caminando, me llega ese momento de casualidad que digo —¡Orále! me recuerda mucho a…—.
Una vez, hace ya unos años, no muchos, jajaja, que me encontraba caminando con mi hermana, nos hacíamos compañía una a la otra mientras nos dirijiamos sin saber a calles desconocidas, una mañana muy temprano en agosto. Me enamoré de la arquitectura de esta casa, o no de eso, sino de la combinación de colores, y la forma en que fue decorada, y desde que he vivido aquí, en esta ciudad, es una de las casas que nunca he visto que le pongan algo nuevo, nada, y me encanta. Está perfecta.
Claro, así sin árboles en la parte de enfrente se aprecia con facilidad sus detalles, colores; pero si fuera mi casa hace mucho hubiera transformado la banqueta en una arboleda como la que está a un costado. O, en caso de que no pudiera, porque esa banqueta es pequeña, lo hubiera hecho en la esquina de la barda hacia adentro.
El molino de viento es otro accesorio que la hace única, y me recuerda lo tanto que quisiera que la gente de la ciudad se uniera para formar un equipo de personas por colonias y crearan sus fresh markets, y la fruta y verdura ya no estaría tan cara, los agricultores pequeños saldrían de sus problemas, y todos ganaríamos tanto en salud y en economía.
Como quisiera decirles que la ciudad de Hermosillo a pesar de ser una ciudad del desierto, se inspira, y se mortifica por tener fauna, pero al contrario, ésta es una pequeña muestra de lo bonito de Hermosillo, porque el gobierno tanto estatal, como municipal están tirando árboles para hacer comercios que no les veo futuro en vez de crear conciencia que los árboles son vida.
(google maps images)
