¿Saben por qué me gustó este comedor?
Cuando comemos en familia, se supone que debemos comer callados.
Pero es costumbre que la hora de la comida, en la mayoría de los
hogares se hable de lo que les aconteció a los integrantes en el
trayecto de la mañana a la tarde, y así cada quien comparte
sus experiencias.
Pero es costumbre que la hora de la comida, en la mayoría de los
hogares se hable de lo que les aconteció a los integrantes en el
trayecto de la mañana a la tarde, y así cada quien comparte
sus experiencias.
Pero el problemita conmigo, es que no me gusta hablar nada
en esa hora, debido a que me produce asco en cierta manera
ver las bocas de las personas con pedazos a medio masticar
pegados en sus dientes o haciendo vuelos de kamikaze fuera
de ella.
Pero, si la persona habla después de haber masticado bien
la comida y enjuagado con un poco de agua, yo encantada de
seguir esa costumbre de hablar en las comidas.
Y de esa manera, poder continuar las charlas, como el nuevo
experimento de física en USA, uno de generador de tornados;
o, el nuevo blog que ví en la mañana y que me encantó, de
la encuesta que está a medio hacer (¿te gustaría dar tu voto?).
Pero, dejando a un lado lo anterior, ¿a quién no le gustaría poder
hacer una excelente compra en México, donde eso que
te costó pagar, o que pagarás en abonos sea de calidad?
Este tipo de mesas son las que me llaman mucho la atención.
Se ven duraderas, es de madera, se ve campirana, es grande.
Y estaría dando muchas descripciones, pero lo más importante
es poder conseguirla. A lo mejor no ahorita, pero en un
futuro.
¿Será que extraño la casa de mis padres?
El que desee esa mesa, en particular…
A lo mejor, pero el gusto ahí está.
Brindemos con un poco de jugo de naranja natural
hecho en casa, porque hoy es un nuevo día AUN sin errores.
¡Salud!
(images from potterybarn)