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{ Desfile Fashion Spring ’09 }


Buenos días, espero que esta tarde la tengan libre para ir a los diferentes eventos que se estarán realizando el día de hoy 21 de marzo de 2009.

Yo trataré de dividirme en varios de ellos, entre esos está este desfile, que espero no vaya a ser otro evento de poca calidad que organiza este mall de Hermosillo.

El día de ayer, me fuí a hacer mi rutina de ejercicios y vaya que había dicho jamás volver para allá, pero era imposible dejar de ver a el Pabellón Reforma. No sabía si estaba viendo a Soriana o la Mega, aunque claro nada que ver con la ubicación de las tres tiendas. Pintaron la fachada exterior de PR y creo que nada se me hacía más repulsivo que los colores que utilizaron, ahora en vez de verse como un mall parece una bodega, almacen. Sólo espero que al que se le ocurrió la “brillante” idea de cambiar el look, le garantice éxito.

Ahora, sobre el desfile, pues, si se deciden ir, allá nos vemos, sólo ruego que no vaya a perder mi tiempo, y que rompa con la cadena de malas experiencias, que ese desfile sea éxitoso y me dejé con buen sabor de boca. Eso espero, pero mañana tendré mi crítica al respecto.


artemis
(image from elimparcial)

{ Esencia o Percepción – Parte 1 }

Hace un mes más o menos me prometí que no publicaría nada los fines de semana a menos que no escribiera un día entre semana, o fuera muy relevante para su conocimiento, pues tal es el caso que no publiqué nada ayer viernes 13 de marzo y hoy habrá algo importante para su desarrollo cultural.

Si recordarán, el jueves asistí a las 8pm, o mejor dicho, llegué un poco antes del inicio de la inauguración de la exposición a la que fui invitada horas antes y la cual les extendí la invitación para que ustedes asistieran, me refiero a: Esencia o Percepción, Exposición de pintura y dibujo por Colectivo Croma.

Pues bueno, como aun no sabía dónde quedaba la Galería Ozuna, pues decidí irme con tiempo, porque me gusta no llegar tarde y ver todo lo que sucede desde el inicio, ya que es muy importante ver los detalles y actitudes de las personas que asisten, escuchar sus ideas antes de ver algo, y por mi parte observar lo más que se pueda todos los detalles, para después hacer una crítica constructiva y mejorar lo que necesite mejorar y no repetir esos errores ya sean pequeños o grandes.

Ese mismo día ya lo tenía agendado y muy apretado en mis actividades, pero por casualidad terminé mis reuniones a tiempo y me regresé a casa a comer. Después le hice una invitación a Mr. A, el cual con gusto aceptó y le dije que pasaría a su casa para de ahí partir hacia la exposición.

Cuando salí de casa para irme por Mr. A, sentí el viento frío, pero decidí no parar y regresar por mi suéter, ya que pensé era momentáneo, y para mi sorpresa Mr. A, ya estaba en la otra esquina de la calle en que vivo, y me dice: “Llévate un suéter, está haciendo frío y bastante viento”, así que sin pensarlo más, regresé y tomé de mi closet mi suéter favorito, el cual es café, bordado en la india y que ha estado conmigo desde el invierno de 2005 hasta la fecha, fue un regalo de mi tía Lucía y prima Isadora. Y a pesar de que no se ve tan bonito como antes, es imposible para mí no dejarlo de usar.

Mr. A me contaba mientras partíamos al evento que se decidió venir antes a mi casa porque se le hizo ya muy oscuro y quería ahorrarme sustos, lo cual le agradecí porque muchas veces sí me han sucedido experiencias no agradables y lo bueno hasta ahora es que no han pasado a mayores.

Cuando ya estábamos en la calle Obregón, donde se encuentra el ISC, nos fuimos con cuidado para no perder de vista lo que podría verse como un evento, y llegando a un callejón sólo para transeúntes, le hice un ademán a mi compañero para dirigirnos a ver si y checar si era lo que buscábamos. Antes de acercaros a la Galería, nuestros pasos los hicimos más lentos para observar con detenimiento a las personas, las mesas y lo que había sobre ellas: una taza de café era mi guía, y no había una. Uno que otro o varios par de ojos volteaba a ver a los nuevos asistentes en ese lugar, lo cual aunque tengas años hablando delante de grupos grandes te hace sentirte vulnerable bajo las miradas no muy discretas. Aceleré mi paso habiendo cruzado ya la primera mesa ubicada por la entrada izquierda de el callejón, y me dirigí a la puerta de lo cual me daría después cuenta era un café.

Iba a seguir entrando, pero observé que las mesas dentro del café estaban llenas, y caí en cuenta que el café por algo sacaba las mesas a el pasillo de transeúntes que pasan por el callejón, es muy chiquito.

Entonces me quedé parada o podría decirse pegada en el escalón de la puerta del café unos 15 minutos o más, la verdad, perdí noción del tiempo, yo estaba más preocupada por encontrar en dónde sería la exposición y la puerta hacia ella. Mientras, Mr. A también me hizo compañía en la puerta del café, a pesar de no estar dentro sentía calor, el cual me caía de perlas, ya que me pongo rígida con las bajas temperaturas y/o me empiezan con calambres.

Estando ahí, me puse a observar el café, digo, no hay que perder tiempo, jajaja. El café está “bien”, no tiene nada de especial, o diferencia que marque una distinción alguna de otros puestos de café conocidos por todos en esta ciudad de Hermosillo. Es como si se imaginaran una casona vieja, pero que en algún momento de la historia de México en la época colonial hubiera sido construida para personas pudientes. La puerta se abre de en medio para dividirse en dos partes, y dejar en lados opuestos su unión. Es de madera y se nota que no le han dado una “manita de gato”, ya sea como desenpolvar y después barnizarla y cada cierto tiempo pasarle un trapito con aceite rojo para lustrarla, así como suele hacerle uno con sus zapatos.

Las paredes no se ven muy espectaculares, y no sé si esa sea la intención de los del café o que el dueño no quiera hacerles algo de mejoría. El color que se veía a la hora que fui y con la lámparas que apenas daban una luz y que me molestaba ya que era opaca, hacia ver que las paredes se vieran color perla. En el área de los clientes, en las paredes se cuelgan varias pinturas, que por el momento no sé a quién pertenecen ni quién es el autor. Sólo alcancé a contar cuatro, a lo mejor había más, pero desistí introducirme un poco más porque apenas y había espacio para andar de salida por entrada y no quería que me quitaran el lugar donde me encontraba como estatua.

En la parte que está frente la entrada se encuentra un mini-librero como biblioteca supongo, y forzando mi vista leí en los lomos los títulos que habían, entre ellos estaba la colección de El Libro de Oro de los Niños y sus doce tomos. Y me sorprendí no mucho, pero me dio alegría saber que alguien más tenga esa fantástica colección infantil porque ahora son muy pocos los libros y más colecciones que valgan la pena a mi parecer. Investigando el precio actual de esa colección pues uno se asusta, pero la realidad es que está en los $25 dlls cada tomo y si son doce, pues la colección entera está a un exorbitante precio de $300 dlls, y a como se encuentra el dolar en estos instantes, esa colección vale mucho.

También había libros más pequeños, más no sé que tan caros, interesantes y de qué género, pero ahí estaban, todos empalmados, arriba de la colección roja y lo cual daba un aire de olvido, de que no se usan y sólo están de adorno. Mr. A me dijo que era muy posible que fuera lo último pero que preguntara otra ocasión si se podían tomar para leer.

La parte de la magia de ese café estaba a mi derecha, la cocina: y el aparato que veía usarse y usarse y usarse era una cafetera especial para la elaboración de sus cafés. La persona encargada era un señora no menor de 45 años, edad que dejaba ver por sus arrugas, su caminar, su comportamiento, su vestimenta, “su” de ella. Tenía cabello negro con una que otra cana, estatura pequeña, piel morena y una belleza que caracteriza a las mujeres de su edad. Se veía concentrada en su trabajo, sin perder tiempo, pero a la vez sentía que se demoraba mucho con cada uno de los pedidos, no sé si porque sólo dependía de ese electrodoméstico o porque estaba cansada. Vestía de una camisa, no sé si era suéter, pero de color verde pistache y manga larga con cuello redondo. Su cabello estaba perfectamente peinado con una cola de caballo y bien recogido. Traía un delantal que bien le cubría su cuerpo o mejor dicho la parte frontal de su cuerpo.

Con la señora se encontraba una joven, muy posible graduante de preparatoria o estudiante de universidad, supongo que una de las dos, porque con eso de que las jóvenes se visten totalmente diferente a su edad sin importar la clase social o religiosa, y otras veces económicas, tienen ideas muy liberales que a veces caen en lo ridículo. Como diría mi padre – “déjalos que hagan el ridículo ahora que son jóvenes y que se ven bien, que experimenten, así evitar que lo hagan a los treinta porque los reprimiste en sus tiempos mozos”- y posiblemente tenga la razón. Pero aclaro que la joven se veía bien, estaba vestida como una joven con un look entre rockero, punk o como suelen vestirse los fans de anime (algo oscuro), y a lo mejor no tiene nada que ver lo que mencioné arriba y simplemente se le antojó vestirse así ese día.

La joven en cuestión tenía cabello oscuro con corte de melena por lo que alcanzaba a ver, pero a lo mejor tenía un corte que lo hacia verse de tal forma. No estoy segura en ninguna de las dos.

Y sólo eran ellas dos las que vi atendiendo el café, claro que de vez en cuando veía a un joven de camiseta roja, no muy alto, cabello castaño oscuro, cara alargada y nariz también, andaba muy servicial, supongo, más no me consta que también ayudaba. O a lo mejor era un cliente conocido desesperado con sus pedidos.

Andaban por ahí personas de todas clases de trabajo, se podía ver muchas veces por su forma de vestir, pero eso es intrascendente por el momento. Vi a el fotógrafo de la UniSon, y camarógrafos de televisión.

Más al fondo o no tanto, está una puerta de madera con vidrios los cuales te dejan ver más allá de la puerta que divide al café con una pequeña sección de espacio. Ahí estaban varias señoritas muy arregladas, que después de cavilar supuse eran las exponentes, las artistas y muy posibles organizadoras. Observé que se movían mucho alrededor de una mesa, la cual supuse serían aperitivos que ofrecerían a los invitados y observadores de su colección. De ahí entraba y salía Elena Guerrero, que en ese momento no supe su nombre sino hasta después. Su vestimenta no se si a propósito, pero me llamó la atención ya que tenía un estilo de los años 40’s, 50’s y un poco de los 60’s. Era si mal no recuerdo fondo negro con flores blancas, sin mangas y cuello redondo o de ojal. Llevaba un peinado recogido, en su cabellera negra. Muy limpio. Y sin recordar si traía unos pendientes y collar, pero eso creo que después a lo mejor lo recordaré.

Pues Elena entró y salió dos veces a mitad del café, hasta que a la tercera salió hasta estar conmigo en la puerta y escuché que la entrada no era por ahí, sino por la parte derecha de ese callejón, para lo que luego Mr. A y yo avanzamos antes que los demás, ya que estaban por llamar a los asistentes para dar inicio a la inauguración.

Junto con nosotros llegaron a la puerta varios adultos mayores, supongo que relacionados con Elena, y en lo que se discutía cómo dar inicio yo tomé mi lugar en la parte del fondo de la entrada para poder estar en un plano que pudiera observar a cada uno de ellos, pero el problema es que tenía de espaldas a tres de las artistas: Elena Guerrero, Leda y Roxana, la única que podía ver era a Melissa y de vez en cuando porque delante de mí estaba un señor y delante de él Elena.

Supongo que el director del IMCA en su discurso no estaba dirigido sólo para mí, bueno, eso espero, pero muchas de las críticas que mencionó y que él daba una respuesta positiva yo las hice en un post hace varios días o meses, tendré que buscarlo. No me sentí agredida, pero creo que dio respuestas demasiado positivas a muchas negativas respecto a la cultura en Sonora. Y tendré que volver a decir que debe haber un cambio ya, radical y más espacios para cualquier persona que tenga un pensamiento creativo. Después hablaré de su discurso del cual difiero bastante, pero bueno. Algo tenía que decir. Eso sí, se siente uno parte de los sentimientos del que habla cuando aquél no lee y estudia y le da un sabor personal a cada palabra y oración para aquellos que escucharemos su alocución.

Después del corte, fuimos invitados a pasar, traté de irme en orden, pero no se podía porque estaba muchas personas en el pequeño espacio de la galería. Por el momento no subiré fotos de ningún trabajo porque no sabía si se me permitiría tomar fotos. Mientras iba avanzando trataba de ver cada detalle al máximo, ya que era casi imposible estar más de 3 minutos frente a cada una cuando había gente esperando a que avanzaras. Pero lo que pude ver en cada una de ellas creo que fue lo suficiente.

El género iba entre los más abstracto y juego de colores hasta los más pop británico. También había uno que otro retrato no de las pintoras, pero muy posible de sus conocidos, como el de la “ya no más primaveras” o algo así era el título, me gustó su trabajo. A lo mejor era la señora de cabello blanco, muy bella que estaba en ocasiones del brazo de Elena Guerrero.

Los cuadros con juegos de wallpaper: “zanahorias”, “una ojos redondos y en calzoncitos” y una que parecía “conejita de playboy”, (claro que no estoy colocando los verdaderos nombres de cada trabajo, sino que los estoy describiendo a como recuerdo) tenían una inclinación de aire popero, independiente británico y del cual tengo ya bastante experiencia. Y eso pues no me llamó mucho que digamos la atención, más no le quita que estaba muy bien elaborado el trazo de cada línea que componía el lienzo total y que jugó muy bien con cada color utilizado, haciendo una verdadera pintura que vale la pena observar y comprar. Pero para gustos hay muchos, así que no tomen mi palabra como total, sino que juzguen por ustedes.

Los de Melissa pues sin palabras, ya he dejado hasta ahora que su trabajo me gusta verdaderamente, no se si tendrá otros trabajos que no involucren personas, sino ambientes, paisajes, etc. Mostró un cuadro que me gustó mucho la primera vez que vi su exposición en Greca galerías, y unos que otros no haber visto antes, o recodar.

Leda y Roxana me disculparán, pero no recuerdo mucho sus trabajos, o simplemente no quiero hacer traslapes, así que en estos días de exposición volveré para hacerles una descripción más a fondo.

Vi a un conocido, los saludé y decidí marcharnos, ya tenía hambre y pues pude haber estado más tiempo, de haber podido comer o tomar algo de lo que ofrecían pero no debo de comer nada dulce (harinas blancas nada), y el café me hace daño y no me gusta. Pero, muchas gracias Melissa por la invitación y estaré esperando otras más.

Esto es la primera parte, esperen más…porque iré a ver cada pintura con más detenimiento y haber si me permiten tomarles fotos para que vean los buenos trabajos que presentaron cada una de las señoritas. No puedo dar más detalles porque estoy muy desvelada. Pero muchas gracias, verdaderamente por leerme.


artemis

Crítica del día


Ayer 18 de febrero de 2009 estaba revisando los periódicos de la ciudad, como algunas personas prefiero leerlo por internet, después de leer el expreso me fuí a El Imparcial. Mientras checaba la página de entrada vi la nueva publicidad de la plaza comercial Pabellón Reforma. Las fotos que están al inicio y fin de este post.

Cuando ví que decía “gratis” pensé – Ohh que buena onda- y me cambié para ver qué veía, pues como ustedes saben yo ando en eso del taller o talleres de manualidades y me interesa qué es lo que hacen los demás.

Cuando llegué a My MakeUp Company, estaba vació, no había más que dos muchachas en los mostradores y una señora esperando lo mismo que yo, ¿dónde y a qué hora empezará el taller? ya que además llegué 15 minutos tarde por irme despacio debido a las baja temperatura que me cortaba la respiración.

Una de las mostradoras desde el inicio se me quedó mirando con cara de fuchi, yo también le observé pero no entendía su mirada. Parecía que me criticaba de pies a cabeza. Al principio creí que estaba preocupada pero no, seguía mirándome y diciéndole cosas a la otra mujer de en seguida, después ya no me gustó nada la situación y viendo que no había nada mejor me marché. No sé quién era, ni le pregunté su nombre algo que suelo hacer para tener un poco más de formalidad con mis platicas. La muchacha vestía camiseta manga corta polo de color rojo y pantalón de mezclilla. Morena de piel, cabello hasta los hombros, complexión robusta y obesa y lo peor de todo con una actitud poco agradable.

Después de esto se me quitaron las ganas de volver a esa tienda y más a esa sucursal. Creo que cuando trabajas aunque estés muy cansada debes de tener una ética y calidad en los servicios que ofreces. La forma en que te reciben en los negocios es el punto de partida para seguir yendo o dejar de ir. Es determinante, ya que si a mi no me gsuta el servicio, prefiero busca otro en donde esté más a gusto y que me sienta verdaderamente acobijada. Claro que no se ponen a pensar que gracias a nosotros los clientes, los consumistas, ellos están en el mercado. Espero que la dueña del negocio capacite a sus empleadas, ya que si deja que pase esto de nuevo con otras personas el negocio dejará de ser lo que es y quebrará de un tiempo a otro.

Luego preferí ir con los pocos ánimos físicos que me quedaban porque estaba super agitada a buscar la siguiente boutique que sus productos se dirige al mercado infantil. Llegué pero se encontraba cerrada y creí que a lo mejor había llegado muuuy tarde, pero resulta que mientras estaba viendo el escaparate llegó la dueña o empleada y nos ofreció ver por dentro, pero jamás mencionó lo del taller gratis y ninguna de ellas tenía publicidad en sus vitrinas. Vaya forma de engañar a las personas.

Estoy realmente ofendida, hasta la fecha he ido a todos los eventos culturales que se anuncian en los diferentes medios y sólo uno me ha dejado bastante satisfecha: la muestra de arte de Melissa Campa.

Ya estando ahí, mi compañero de salida y su servidora nos fuimos a dar una vuelta por la plaza. Creo que la mala calidad en el servicio, productos y precios están haciendo que quiebren las empresas, varias tiendas a las que el año pasado veía que les estaba yendo de maravilla y no me explicaba por qué, si para mi no aplicaban la calidad total que debían de tener. Ahorita esos negocios ya no existen y por ejemplo Ashley, ya sacó muebles a los pasillos. Eso me llamó la atención ya que cuándo me imaginaria que esta empresa sacaría los muebles y te dejaría probarlos cuando el año pasado me llamaron la atención cuando quise sentarme en una de las salas para ver si se sentía cómoda.

Creo que lo que hace falta es una buena capacitación a los empleados.
Cursos de actualización en calidad.
Más empatía con el cliente.
Y tener las ganas y paciencia.

¿Ustedes qué creen que les hace falta a estas empresas del Pabellón Reforma?, que el nombre de por sí me da risa, debido a que de pabellón no tienen nada. Si te ha pasado momentos nada agradables en estas tiendas, deja tu experiencia aquí, tus comentarios son bienvenidos.


artemis
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