Me encanta ir a admirar la decoración de los árboles de Navidad en casas de conocidos y extraños.

Muchas veces, me ha tocado que cuando no lo adornas muy contento, el resultado es fatal, pero hay otras que hasta enojado les queda muy bien.

Ayer tuve ese problema, que me llama una de mis tantas clientas para pedirme ayuda, porque tenía la casa patas para arriba y necesitaba colocar el árbol.

Y que llego y veo un árbol pelón!

Y le pregunto que sí dónde estaba el problema y me dice que no tenía cabeza para ponerse a decorar, ya que tenía que recoger en el aeropuerto a su suegra y cuñados.

Por eso, si no tienes cabeza para hacerlo, no se dejen abatir, llamenme, jajaja, o a alguien que pueda auxiliarles, recuerden que dos cerebros piensan mejor que uno.