Había una vez una señorita que se casó muy joven, y era de esperarse que ella y su pareja tendrían muuchos hijos, pero pasaron los años y juguetes de niños había por doquier, pero quién jugara con ellos, no.
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Después de hacerle caso y pasados 9 meses, la pareja jugaba con su pequeña hija Gaia bajo un árbol de neem que llegó a crecer 3 metros después de las grandes lluvias del verano.
(images from lovemaestore’s)