De las veces que he asistido a un Baby shower, también son las veces que contadas he visto pasteles realmente bellos, y un ejemplo es el que vemos aquí. Este pastel está tan bello que da lástima comerlo, es como si quisiera uno que sólo fuera de adorno y jamás, jamás dejara de existir tal como está. Pero, uno desea eso porque está decorado de una forma muy laboriosa, con cuidado en los más mínimos detalles, incluidos los pajaritos bebes.
Y todavía que lo más curioso, la base en la que está puesto no está forrada por el ya conocido aluminio del que muchas ama de casa se empeñan a poner, o los ya muy famosos moldes de plástico o los moldes desechables que encontramos en todas las pastelerías. Está puesto sobre un molde de cartón, de seguro el más barato y le combina a la perfección. ¿Cuántos pájaritos se necesitaron?, ¿Y cuántas flores y bolitas de polen se dibujaron? Vayamos a saber…pero, ¿a poco no es de los pocos pasteles de los que te enamoras a primera vista? Y eso que a mí no me gusta el chocolate para probar.