cuando planté rosales coseché siempre rosas.


Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,


porque nunca me diste ni esperanza fallida,


ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;


Porque veo al final de mi rudo camino


que yo fui el arquitecto de mi propio destino;



que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,


fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:


cuando planté rosales coseché siempre rosas.

…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:

¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!



artemis
(images from impressionen)

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *