No sé si sea pura casualidad pero últimamente y era algo que no recuerdo que haya visto antes que me sucediera tan seguido es que he visto muchos patos.

Lo más reciente es que terminé de ver una novela de 24 capítulos muy famosa en Taiwan, claro que como aun no aprendo Taiwanes al 100 %, pues he recurrido a los maravillosos y útiles substítulos en inglés.

En el drama, una pareja que está en la espera de su primogénito llegan a una pelea muy fea, de la cual resulta que el esposo abandone la casa, después se entera por parte de su guardaespaldas que su esposa tuvo un intento de aborto no inducido por depresión.

Entonces, él regresa una noche a buscarla y cree que se ha ido de la casa, pero al llegar a la futura recámara del bebé, la ve dormida sobre una pequeña mantita y con lágrimas secas en el rostro.

En lo que ella duerme, ayuda a construir un caballito de madera para el bebé, y observa lo que ella a adelantado.

De obsequio, y como muestra de amor hacia ella y el bebé, deja una pequeña pista de que él estuvo en la noche.

Un patito amarillo para el baño del bebé.

¿Qué te haz propuesto este año? Porque yo me he propuesto ser más creativa y ser más sociable. Me he propuesto a enseñar desde las artes hasta la ciencia. Me he propuesto a ser más feliz que ayer.

El año pasado en diciembre, estaba dando clases en un colegio de primaria, y vaya que me sorprendí con un comentario falto de razón. La directora les prohibió rotundamente a las niñas que asistieran con pantalón o pants deportivo a la escuela, y menos llevar medias del mismo color de las calcetas o de otros colores, porque según ella era una falta de respeto a el uniforme escolar y a la escuela en sí.

Las niñas de 5° y 6° año después de esa señal de advertencia por parte de su señora directora se quejaron conmigo, ya que no soportaban el frío y el único saco que les permitían llevar no les cubría lo suficiente de las bajas temperaturas. Yo, por mi parte, sín poder hacer nada más, me consolidé con ellas emocionalmente, pero me tenían atadas de las manos casi como decir literalmente.

Comento esta anécdota, debido a que en ningún caso se les debe prohibir a nadie vestir o no prendas que puedan hacer un bien a las personas, y más si está en juego su salud. El papel que jugó la directora y sus razones no tenían una dirección o meta de ayudar, sino todo lo contrario, era tenerle miedo.

Por eso les invito a que dejen ser, expresarse, amar, extenderse, mover, reír, etc a sus allegados, así sí ellos están feliz con sí mismos, lo estarán contigo y tú con ellos. No obligues, sanciones o amenazes a nadie. Es mejor que te respeten por amor que por miedo.