Es difícil mentir cuando tus zapatos te aprietan, nuestra cara es expresiva, mucho, y es seguro que aunque digamos que nos gusta o no nos lastiman los zapatos nuevos, caigamos en nuestra propia trampa.
Muy pocas veces he padecido la mala suerte de tener zapatos que no me queden, ya que como batallo mucho para conseguir de mi talla en México, soy muy cuidadosa al respecto. ¿Pero qué hacerle cuando alguien querido te regala zapatos que te aprietan? Creo que ha sido uno de mis peores regalos jamás.
Si nuestra idea es regalarle zapatos a alguien, creo, que sería más correcto que le invitáramos a escogerlos ella misma, o en mi caso, yo misma. En lo que empaco algunas cosas me encontré con unos zapatos tan bonitos que me regaló mi papá. Y a pesar de que apenitas me cerrara los conservé. Y ahora que más necesito de unos zapatos presentables no los soporto, hasta me abrieron la piel.
A lo mejor, ustedes piensan lo contrario, y el detalle es lo que importa…pero, ¿qué hacer con esos zapatos? Ni a mi hermana menor le quedan. Y estoy con la meta de comprarme unos zapatos nuevos, necesito urgentemente. Claro que no me lanzaré por los primeros que me queden, o que me lleguen al precio, sino que siempre me guío por tres puntos: comodidad, gusto y precio. Si dos de las características sobresalen, se vienen conmigo a casita.
Por lo pronto, sigo buscando una zapatería que vendan este estilo de zapatos.
(rupertsanderson images)