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Pequeñas pijamas

No sé si recuerdan que el martes les hablé de una mini empresa que venden patrones para niños utilizando una técnica de marketing de muñecas para recortar. Pues ahora como ven este es el resultado de madres que compran los patrones y se ponen a cortar y coser para sus niños.

Sé que so muy pocas las mujeres y hombres que estudiaron algo de costura, pero las que no, se estrenaran haciendo esta bonita ropita, ya que Oliver + S patterns te hace clavarte en este tipo de actividad.

A lo mejor no son tan rápidas como otras personas, pero este tipo de pijama las puedes hacer en una tarde entre la comida y la cena. Y será muy fácil ya que si sigues las instrucciones paso a paso no tendrás inconvenencias y todo sale como o casi igual a la imagen (lo que no siempre es el caso con los patrones de ropa para niños!).

Conozco que muchas dan una rápida lectura superficial a las instrucciones porque ya dominan esto, pero aconsejo que todos lean bien las instrucciones ya sean nuevas en la costura o veteranas, muchos se van guiando sólo con las imagenes sin leer las instrucciones. (Probablemente es por eso que a algunas personas no les importa usar libros de manualidades japoneses…)

Después de cocer unos pocos patrones de Oliver + S patterns, muchos han aprendido a confiar en la diseñadora Liesl y actualmente se toman la molestia de leer las instrucciones paso a paso. Ella usualmente te dará hints o te hará ver las cosas más fáciles para tí con sólo escuchar lo que lees y hacer las cosas en orden como ella lo ha preparado.

Trata de comprar la tela para las pijamas junto con tus hijos, mientras no sea una sorpresa para ellos. No importa que no hagas un juego de pijamas para tus pequeños, es mejor que las hagas diferentes ya que cada uno tiene gustos diferentes. Y eso es muy bueno. Lo que sí, trata de que las figuras impresas sean del mismo color, de manera que se vean muy bonitas cuando las usen al mismo tiempo.

Aquí en Hermosillo sólo las mismas tiendas de tela que todo mundo Parisina, Modatelas, etc…, pero si mal no recuerdo y si la crisis no les afectó en Ciudad Obregón dentro de la plaza Tutulí existe una pequeña tienda donde venden tela importada de USA y Europa, me encanta sus patrones y aunque es un poco más cara que las de las tiendas del centro mencionadas arriba, vale la pena porque muchos de sus telas son muy gruesas y de buena calidad. Disculpen que no pueda darles el nombre, pero si preguntan cuando vayan a Obregón, créanme que estarán bastante contentas con su compra.

Conozco a varias madres de familia que invierten tiempo a la costura y me han dicho que tienden a pasar más tiempo cociendo para sus hijas comparado con sus hijos. Y pues es normal, siempre o mayoritariamente pasa así y no es intencional o que quieran más a sus hijas, pero es que me he dado cuenta y me lo han dicho de que faldas y vestidos no les asusta, pero los pantaloncitos y las camisolitas sí.

He visto que los niños realmente sí se excitan cuando sus mamás trabajan en algún combinado para ellos.

Muchos niños han dicho que duermen mejor en este tipo de pijamas porque “han sido hechas con amor”. Y claro, están en lo correcto. Han sido hechas con amor. Y creo que de alguna manera pueden sentir eso cuando las usan.



artemis
(images from inchmark)

Muñecas de trapo 2 parte

Después de comprar el libro, solo hacia planes en mi cabeza de dónde sacaría telas, porque por la aguja y el hilo no había problema, mi mamá estudiaba corte y confección pero las telas eran el dolor de cabeza para ella, ya que nunca han sido baratas y era un lujo para nosotros.
 

Mi mamá se puso a buscar retazos y algunas telas que ni mi nana habían utilizado en años anteriores, así que una tarde con la guía de mi mamá me puse en acción, al final del día tenía mi muñeca de trapo, para ser siempre la primera intención de alguien hacer algo que jamás había hecho me quedo bastante decente…después intenté hacerles más detalles y así fue mi habilidad perfeccionándose.
 

Después de ese momento, supe lo que les costaba a los artesanos (hacer muñecas de trapo, barro, porcelana, etc..) hacer tan bonitas muñecas. No era fácil y algunas veces si valían lo que costaban.También me adentré más en la costura ya que también fui perfeccionando los detalles en los vestiditos que les hacia a mis Barbies.

 

 
Y una vez muy valiente, le dije a mi hermana que le haría un vestido, agarré una tela de sábana ya vieja, de esas que se empiezan abrir de lo viejas, y supuse que mi mamá ya no la querría. Todo el vestido se lo hice sobre su cuerpo, así que ya se imaginarán que mi hermana estaba al inicio muy tranquila y contenta de que su hermana mayor le hiciera un vestidito. A las horas estaba desesperada ya que no la dejaba sentarse, sino se pincharía con los alfileres.
 

 
A las tres horas, ya tenía su vestido, el cual no tenía ningún botón para que se lo pudiera quitar. Y anduvo con él todo lo que restó del día. Persona que llegaba a la casa, mi hermana le decía -"Mira lo que hizo Artemis, verdad que se me ve bien"- y como los adultos son tan listos y educados en ver las cosas buenas de los niños y evitando aplacar sentimientos de crítica injustos, decían que sí, a pesar de que había fallas en mi costura.
 
 
Después de ese día, me sentía capaz de empezar a aprender más sobre el arte de la costura, porque quería hacerme hermosos vestidos como los que mis primas usaban.
 

(image from tmogy)

Muñecos de trapo


Recuerdo cuando estaba en kindergarten y siempre mi mamá o mi papá nos llevan a mi hermana y a mí a una tienda de libros, si mal no recuerdo se llamaba “Librolandia”, yo me sentía bien contenta cada vez que íbamos ahí, era como estar en el paraíso del conocimiento.

En una de esas ocasiones, me gustó mucho un libro que te decía paso a paso cómo hacer una muñeca, yo tendría unos 4 años y sabía leer pero despacio, me llamó tanto la atención la cubierta del libro que fui a buscar un banquito para bajarlo del estante. Me senté en el piso y me puse a ojearlo lentamente. Además no estaba tan apurada por verlo ya que cuando íbamos con cualquiera de mis padres ellos se entretenían bastante.

Cuando creí que con lo que había visto era suficiente, volteé a todas direcciones para buscar a mis papás, y es que me sucede que cuando voy con alguien y paso por una librería o alguna tienda que venda algo que me guste mucho, se me olvida por completo que ando con alguien y ni le aviso para que no se preocupe buscándome.

Me acerqué a mi mamá y le jalé la falda del vestido, ella voltió a verme con cara de saber qué era lo que le diría. Se agachó y le conté lo que había encontrado, que había encontrado el secreto de cómo hacer muñecas con telas, hilos, algodón (así le llamaba antes al relleno), y cómo hacerles su cabellera y carita.

Deseaba que me dijera que sí sin pensarlo, pero me lo pidió para verlo ella, lo ojeó varias veces, muy seguramente le vió la etiqueta del precio, lo cual yo en ese entonces no sabía mucho sobre el comercio. Checó su monedero y me dijo que le dijera a mi papá si le daba “1000 pesos” para que le alcanzara para el libro. Pero qué barbaridad, lo que uno no compraba con 1000 pesos en los 80’s y principios de los 90’s antes del 94′.



artemis
(image from tmogy)