No sé mucho de tejido, pero supongo que se llama tejido de puntos. Me gustó, me hizo recordar a mi abuelita quien está por cumplir 10 años de haber fallecido. No era una señora muy agarrada de objetos materiales, pero sabía darle valor a cosas, de todas las que tenía.
Me encantaron todos los hilos de algodón de colores. Se ve acogedor y a la vez excéntrico, pero hace recordar de vez en cuando aquel lugar que añoramos: el hogar.
Lo que no me gusta de este tejido es que puede no ser muy agradable querer usarlo como refugio contra el frío. Aun así, se vería lindo sobre el sillón de la sala, y es lo primero que notarían las visitas.
Además de los bonitos vestidos, me gustan las bonitas costuras en cuanto se trata a telas hermosas para la cama y los sofás.
Distintivas, un diseño único, y expertamente llevado a cabo a mano. Una estraordinaria dimensión y textura, en cuanto a ingenio.
Una de las comodidades de esta funda es el uso de un zipper, el cual está escondido, pero me gusta más cuando no hay algo así, sino más bien que esté cocido a mano, ya que en lo personal, me choca sentir el fierrito.
Tan bonito que se ve, ¿pero lavar en seco? ¿No bromean?
Ambos colores me gustaron mucho, pero si me dieran a escoger sólo uno creo que escogería el plata.