Que espantoso venir a Obregón y querer ir a visitar la famosa casa que siempre decoraban todos los años en estas fechas que se úbica cerca de catedral. Sólo ví las paredes blancas de la barda y el porche vacío, opaco, apagado y triste. Sólo espero que haya sido por alguna buena razón y no porque se les fue el espirítu navideño.