Me gustan mucho los pasillos, más si la casa es de un piso, debido a que prefiero las construcciones de una sola planta esto tiene una explicación: se me hacen más útiles ya que si tienes a un familiar enfermo evitas los problemas de transporte y también de accidentes. Pero bueno, no quiero decir que no me guste apreciar la belleza de tener una casa de dos plantas.

 

Me imagino llegando de la presa y entrando nos encontramos con la escalera que nos permitirá llegar a nuestra recamara después de un día de diversión con nuestra familia, aunque claro, a mí no se me antoja ir en estos momentos a la presa, ya saben mucho frío y mucho sol no me favorece en nada.

Y después de ver nuestro hogar, dejamos nuestras chanclas en los escalones de la escalera y nuestro sombrero el cual nos ha protegido el rostro y el cabello de los rayos del sol, y polvo del lugar. Al subir, si es que nos encontramos muy exhaustos podemos descansar en la silla de madera que colocamos días atrás, en vez de andar tapando la circulación en las escaleras a las demás personas que por razones no conocidas por nosotros necesiten urgentemente o no subir a la segunda planta. Y sentados ahí podemos apreciar lo que ocurre antes de bajar o antes de subir en el camino que une nuestra casa de abajo y la de arriba.

 

En ocasiones me he imaginado viviendo en mi casa de campo, ubicada fuera de la ciudad, de la contaminación del ruido y cuando me imagino que entro a mi casa, si es que me dedicara a otra osa que no fuera diseño, y teniendo hijos, creo que mi entrada a la casa y parte del pasillo se vería como esto. Me encanta en color de la madera de la pared, le da un aire de antiguo, pero también muy elegante, además la mesita junto con los objetos que se le han colocado da el aire de que al menos una mujer vive ahí, junto con un par de niños, que si bien contamos serían cuatro.

Lo único que no podría gustarme de esta entrada es el piso: blanco y negro. No, no, me da mucho miedo esa combinación y más en el piso. La puerta color rosa si que contrasta con el color gris opaco que se le ha dado a las paredes, le da un aire de modernidad y feminidad. Y la mesita de antiguo, creo que sería como un completo collage, de todo un poco.

 

 

Siempre me ha encantado tener mi cada pintada de blanco, porque así uno se deprime menos, y le da un aire de pureza, salud, y cabida a la creatividad, también me gusta porque así no tengo que batallar con las luces cuando quiero leer en las noches. Pero lo que no me gusta es que si pintó una on pintura de muy mala calidad, se empieza a caer cuando uno le limpia alguna mancha accidental. O a tus hijos o los hijos de tus invitados les encanta hacer travesuras. Creo que para evitar eso, hay que tener camaritas de seguridad y comprobarles a tus invitados que sus hijos necesitan seriamente entrar a un curso de pintura, pero antes que te limpia las paredes, jajaja.

 

Y así como me gusta tenerla pintada de blanco, también me gusta tener muchos lugares donde pueda almacenar mis objetos de valor que he ido acumulando a lo largo de esta hermosa vida, junto a personas que son imposibles de olvidar, además de que te sirve almacenar también una que otra basurita. Pero esto último ni se les ocurra hacer, yo trato de no hacerlo aun cuando la fatiga y la flojera que produce un día de agotamiento total en el trabajo acumulando estrés tras estrés nos quiere perjudicar esa racha de limpieza hasta que uno se duerma.