El hogar. Es donde el corazón está, donde perteneces, vas a recargar tus baterías, y descansar tu cabeza, y, para la mayoría de nosotros, no hay otro lugar igual.
Nuestra casa es más que un refugio del bullicio que hay afuera; es una plataforma en donde vivimos nuestras vidas.
Haciendo sentimientos a un lado, sin embargo, ¿qué tan bien tu casa funciona para tí?
Primero, tenemos que dejar claro qué es la organización, y qué no es. Organizar no es un estilo de decoración, se trata de qué tan bien tu casa funciona, no de cómo luce.
Una casa organizada con objetos que no coordinan puede estar mejor organizada que una con muebles carísimos que no funcionan.
La paradoja es que las casas ordenadas no siempre son casas organizadas. Una pila de papeles puede esconder cuentas por pagar y citas. Por el otro lado, un escritorio lleno de cosas puede ser la mejor evidencia de una casa organizada: cuentas pagadas, documentos llenos, cartas respondidas.
Uno puede ser ordenado sin ser organizado. Ser ordenado es el proceso de regresar cosas que estaban fuera de su lugar. Pero, ¿y si en primer lugar esas cosas no tienen un espacio exclusivo? Entonces, regresamos al punto uno del caos: buscando las llaves de la casa, la billetera, la cuerda del perro, etc.
Así que no te dejes engañar por el aspecto organizado. Mejor da más importancia a la función organizada, que es lo que hace la diferencia entre caos y tranquilidad.