En lo personal, me gusta que me regalen bonitas vajillas, ya sea en una ocasión especial o que salga de la nada, como una sopresa. Y creánme que estaré totalmente complacida con la belleza y calidad de los platos.
Antes, cuando estaba en la primaria me entusiasmaban los platos de plástico que reunia en las celebraciones familiares, las lavaba con cuidado y hacia que me duraran los bastante como para seguir usándolos en mis casita del árbol. No me importaba que no fueran de cerámica, la cuestión era que estaban muy bonitas y funcionaban.
Recuerdo que hace mucho, estando en la secundaria, tuve la oportunidad de asistir a un curso de cerámica, pero no asistí por cuestiones de salud. Y ojalá se presentara una oportunidad como esa, porque me gustaría crear mis propios trastes: hechos a mano y pintados a mano, y esa es para mi su calidad distintiva.
Y creo que hasta con más cuidado lavaría mis platos. Me gusta usar platos rústicos de vez en cuando, o con diseños curiosos, así como éstos. Comer de ellos hace que la comida sepa aun más especial que lo usual.
source: anthropologie