Con la temporada de primavera me he vuelto loca, y no se me espanten que no hablo literalmente, bueno, un poco. Y es que tengo muchas ganas de ponerme a bordar servilletas, pero no he encontrado tela que me guste para servilletas. Quiero un color casí idéntico a el de la primera foto.
Además por casualidad me ha dado por comer mucho huevo, más de lo normal. Y es que soy medio asquerosa con la comida, ya que si la comida es muy aguada, tiene forma rara, colores no agradables y olores extraños, cuenten conmigo de que no lo comeré, a menos que me den un premio.
Estaba pensando que sería una idea excelente relatar entre nosotras qué es lo que colocamos en la mesa para hacer la merienda más agradable.
Con eso de que me cambio de ciudad, pues, he estado guardando mis reliquias, no quiero olvidarlas guardar después y mi mesa se ha ido desolando…parece desierto. La tengo soooola, y no me gusta nadita.
Y con tantos colores bellos a la vista me dieron las ganas, porque si uno no tiene ganas a pesar de que quiera moverse, nomas no salen las cosas. Como decía, me motivé y tengo energía para ir a una tienda de cerámica y ponerme a decorar mis platitos así. Quiero hacerles unos regalos de recuerdo y útiles además para agradecerles las atenciones que tuvieron conmigo el tiempo de mi estadía en esta ciudad.
El conejo está bonito, pero si lo vieran de otra perspectiva pensarían igual que yo, de que parece una rata enorme y tratarían de correr lo más rápido para alejarse. Sí, me dan miedo las ratas, se me hacen asquerosas.
Pero ratas o no, la mesa me tiene babeando de lo bonita que se ve. Buen momento para pensar mi próxima reunión.