Cuando observo este saco, me hace pensar en varias películas en donde las protagonistas se veían hermosas, coquetas y bastantes intelectuales. Muchas veces, cuando no he logrado hacerme un saco por apuros, bastante trabajo o enfermedad, me sorprende que se me antoje comprarlo. Y en ocasiones, cuando ya estoy dentro de la tienda, me asusto con los precios.
Cuando ví la película de la Corporación, hace varios años, no muchos claro, me entristecí en la miseria que viven las personas que realizan cada uno de las ropas de marcas internacionales y que cada vestimenta cuesta miles de dolares.
Pero me fijo que son pocas las empresas que aprecian la habilidad de coser, de diseñar, de trabajar y hacer bien su trabajo de sus empleados.
Cuando tengo en mis manos una prenda que no hice yo, agradezco a esa persona que la haya hecho, porque gracias a ella puedo vestirla, también le doy las gracias a la persona que me atendió en la tienda, le doy las gracias a cada una de las personas que se acomiden y a las que hacen su trabajo a la perfección.
Dar las gracias es una manera de mostrar mi aprecio por su trabajo, por su atención, por ser amable conmigo, por todo lo que lleguen a hacer por uno y por los demás.
Eso habla bien de las empresas. Me ha pasado muchas veces que llego a una boutique y que las muchachas en vez de recibirte con una sonrisa, sólo se te queden viendo de pies a cabeza y como si fueras a robarles o ensuciar. Creo que no muestran aprecio a ese cliente, al empleador que les dió el empleo y si no lo hacen, creo que ni ellas se aprecian.
Por eso, muestra aprecio por todo lo que tengas en tu vida, ya sean logros, personas amadas, no amadas, trabajo, salud, enfermedades, crisis, abundancia…de todo aprendemos y si lo hacemos nos servirá, sino, aprenderemos de otra manera y no sabemos si a lo que no le mostramos aprecio, nos llegue apreciar a nosotros en un futuro cuando más lo necesitemos.