Me dirigí a la puerta y pensé en abrirla, ya que a pesar que hay rejas, ya les tengo miedo hasta a las patrullas que pasan y pasan por mi calle. Y como no escuché que se acercara algún automóvil, me armé de valor y saz! Estaba lloviznando…estaba tan alegre porque sucedió lo que predije esta semana, y más que eso, estaba muy contenta porque usaría mis botitas de hule para la lluvia, claro si hoy domingo me animo a salir.
Lo que sí fue un susto, fue que me acordé a las dos horas después de regresar a mi escritorio y seguir trabajando mientras tomaba un vaso con leche de alpiste fresquesita y recién hecha, que había dejado en el patio de la casa no hacía ni 3 horas atrás una ropa recién colgadita para que se secara con el aire y los rayos de Sol en la mañana de hoy. -Ni modo- pensé, en ir y no salí meterla.