{ Small pleasures ~ Crisp Cotton Sheets }

El placer de este día es estar en una cama con sábanas frescas…como cuando niña.

Inocentemente empieza cuando despierto todos los días, recuerdo el olor a tierra mojada mezclada con el aroma del jabón zote o rosita, mmm, puede que nunca me haya gustado el olor en sí de esos jabones pero, lo que sí, era el olor de las sábanas secas al Sol.
 

Cuando trato de comprar sábanas me agüito, muuucho, porque quiero sábanas de calidad, quiero sábanas bonitas y no encuentro. "Para eso me pinto sola" Dijera mi tía Ma. Luisa, quien a ella no le detiene el dinero, no por millonaria, sino por creativa. Ella las cose, y así también hago yo.
 

Sólo recuerden el sentimiento de recostarse un sábado por la mediodía sobre las sábanas recién lavadas ese día, frescas, ricas, olorosas, limpias.

Brillantes, blancas, de colores, de fresco aire. Colocarselas en la cara, en los brazos y descalzas sentir las cosquillas en las plantas de los pies.

Hasta llegar a un sueño profundo, despejado…relajado.

Entiendo que mis sábanas ideales no son necesariamente las de ustedes. Y seamos honestas, no hay perfección aquí, ni en la vida misma. Pero oooh boy!

Las cuatro cosas que deben de tomar en cuenta cuando están en el proceso de comprar ( y supongo que también hacerlas) es -de qué está hecha la tela-, -el acabado-, -el tejido-, y en menor grado -el hilado-.

Cuando anden paseando en los pasillos de algunas de las tiendas que frecuentan, no se distraigan con los anuncios de que los productos son "orgánicos" o que alguno es de calidad de "hotel" cinco estrellas, de lujo, suavidad, "todo natural" o la docena de otros atributos que sólo les hacen confundirse.
 

Toquen la tela antes de comprarla.  Estén preparadas para regresar las sábanas (guarden sus tickets!) si les decepciona después de lavarlas. 

(images from potterybarn)

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *